Hoy tenía una nueva cita. Han pasado ya tres meses y le toca donar sangre en su punto habitual, Hospiten Sur. Mónica, la enfermera, le espera. No falta a su cita desde hace más de cuatro años. Se llama Rafael Millán, tiene 49 años y es donante de sangre.
Viene cuatro veces al año, las recomendadas para los hombres, pero si es por él vendría más veces, asegura. Rafael mide dos metros de altura y es de complexión fuerte. Dice que con ese cuerpo tiene mucha sangre que dar.
¿Por qué se hizo donante de sangre?
Comenta que puede darte un poco de pereza, al principio. “Tienes que dejar de hacer cosas para desplazarte hasta el hospital para que te saquen sangre. Pero si lo conviertes en un hábito o rutina, todo viene rodado”.
Para Rafael es muy cómodo venir al centro “te tratan bien, tardas 15 minutos y, luego te vas sabiendo que has hecho algo bueno que salva vidas”. Esa es su mejor recompensa.
Su mujer también es donante, pero por su trabajo ahora tiene más limitaciones.
Está seguro de que mucha gente no dice que es donante, pero sí acude a donar. Para él compartir con los demás su experiencia puede ayudar a los que están indecisos. “Muchos, al principio son reacios, por miedo, por desconocimiento... pero sí se les anima, seguro que lo harán”.
Nos cuenta que tiene miedo a las agujas, para muchos “es un cuerpo hostil que entra en tus venas y se lleva tu sangre, pero en realidad no duele. Es una forma nada dolorosa de ayudar. Hay una necesidad y hay que colaborar entre todos”.
Utiliza las redes sociales para compartir las fotos de su donación. Cada vez que viene a donar la sube a Facebook e Instagram. “Hay que normalizar un acto tan sencillo como es donar. Si consigo con mis publicaciones llegar a una persona y conseguir que vaya a donar, me siento satisfecho”.
Rafael está encantado con Mónica, la enfermera, “es muy atenta y te resuelva cualquier duda que tengas. Te trasmite mucha tranquilidad y eso se agradece mucho” comenta.
Piensa seguir donando sangre hasta que pueda y anima a todos a que acudan a donar a los puntos fijos como Hospiten Sur. Su próxima visita será en el mes de febrero.
Se estima que, en Canarias, se necesitan unas 300 donaciones al año.
Recuerda: Donar es un acto voluntario, altruista e indoloro. Un pequeño gesto que salva muchas vidas.