Los factores de crecimiento son proteínas con un papel clave dentro del complejo proceso de reparación y regeneración de los tejidos lesionados, favoreciendo procesos de quimiotaxis o atracción celular, proliferación, diferenciación celular y angiogénesis o revascularización de los tejidos dañados.
El tratamiento con Plasma Rico en Plaquetas o PRP, se basa en la aplicación de plasma autólogo del propio paciente con una alta concentración de plaquetas que a su vez contienen este grupo de proteínas conocidas como "factores de crecimiento".
La mayor ventaja de este tratamiento es, que los factores de crecimiento modulan los propios procesos de curación del cuerpo. Además, a los beneficios obtenidos se suman una muy baja incidencia de efectos secundarios, casos de infección o rechazo, siendo por tanto un tratamiento muy seguro.
¿Cómo se obtiene?
Tras extraer sangre al paciente en una cantidad similar a la de una analítica de rutina, ésta es sometida a un proceso de centrifugado para separar la fracción rica en plaquetas, descartando el resto de plasma. A continuación, se activa el plasma obtenido con cloruro cálcico y se procede a su administración en la zona a tratar, vía intraarticular, intramuscular, intratendinosa o subcutánea.
¿Cómo se administra?
Se trata de una técnica mínimamente invasiva que se realiza en el paciente de manera ambulatoria en consulta, se tolera muy bien y no es necesaria la aplicación de ningún tipo de anestesia local.
Una vez realizada la infiltración del plasma rico en factores de crecimiento el paciente tendrá que abstenerse durante las primeras 24 a 48 horas de actividades deportivas o esfuerzos intensos, pero después ya podrá hacer vida normal.
¿Cuántas sesiones o infiltraciones se realizan?
En el tratamiento de plasma rico en plaquetas se suelen realizar unas 3-5 infiltraciones, dependiendo de las patologías a tratar, con un periodo de reposo de una semana entre ellas, más o menos.
¿En qué tipo de lesiones se puede emplear?
Existe una gran controversia en cuanto al tipo de lesiones en las que los factores de crecimiento son efectivos.
Es muy importante usarlos sólo para lesiones sobre las que tenemos suficientes estudios científicos que avalen la capacidad del PRP para reparar las estructuras dañadas; tendones, ligamentos, músculos y cartílagos.
Hasta la fecha existe alta evidencia que respalda su uso para la epicondilitis lateral del codo, la artrosis de rodilla, la fascitis plantar y la tendinopatía del manguito rotador; y moderada evidencia para tendinopatía rotuliana y artrosis de cadera.
Actualmente hay estudios en desarrollo que adelantan resultados prometedores con PRP para el tratamiento de otros trastornos musculoesqueléticos.
Dr. Enrique Verdier. Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología de Hospiten