En los meses de verano se produce un aumento notable de las consultas médicas, principalmente, por candidiasis vulvo vaginal, la más frecuente. Una infección ginecológica que puede prevenirse con la modificación de hábitos sencillos como reemplazar, tras un baño en el mar o en la piscina, el bañador húmedo por uno seco.
Escozor, ardor interno y externo, así como flujo blanco más espeso y blanquecino son los principales síntomas de esta patología que suele ser bastante incómoda. Ante su aparición, hay que acudir a la consulta de un especialista para diagnosticarla correctamente e iniciar el tratamiento correspondiente. Lo que nunca es aconsejable es la automedicación.
Son varios los hábitos que hacen que prolifere la aparición de esta infección muy frecuente durante los meses de verano en mujeres. El uso de bañador húmedo en época estival es una de las causas. Sin embargo, no es la única que puede provocar la candidiasis. El uso de tampones y material sintético como el salvaslip también pueden dar lugar a su aparición.
Para evitarlo es recomendable el secado del bañador, no siendo necesario lavarlo después de un solo uso, así como, usar prendas de algodón, en contraposición a las prendas sintéticas.
También, no sentarse en la arena o zonas muy calientes durante un tiempo prolongado. Evitar esos cambios bruscos de temperatura, ya que se altera el PH. La candida es un organismo que forma parte de la flora habitual de la vagina y está en un delicado equilibrio con el resto de la flora. Ante un agente que hace que se rompa este equilibrio, la candida prolifera.
La higiene femenina es otro factor a tener en cuenta. Se recomienda una higiene diaria normal con agua y no usar jabones íntimos ni duchas vaginales para evitar barrer la flora y la aparición de esta infección vaginal.
La aparición de la candidiasis vulvo vaginal puede ser puntual durante esta temporada veraniega, sin embargo, no sucede así en todas las mujeres. Para aquellas pacientes que con frecuencia tienen esta candidiasis, un buen hábito sería la toma de probióticos de manera preventiva, sobre todo, durante el verano. Estos probióticos ayudan a regenerar la flora vaginal. Una toma que debe realizarse bajo la supervisión de un especialista.
De esta forma, desde las consultas de ginecología se facilita enormemente la atención a la paciente y la búsqueda de una solución rápida y efectiva.
Dr. Rosendo Galván. Especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Hospiten Rambla